Shakira continúa su obra humanitaria en Barranquilla
Con la presencia del Presidente de la República y de la cantante colombiana se inaugura el miércoles el nuevo colegio
La Playa es un corregimiento de poco más de 21 mil habitantes en las afueras de Barranquilla, cerca de Puerto Colombia, en donde no pasa gran cosa y donde la miseria se ha apoderado de la mirada y de la esperanza de muchas familias. Ahí, esta semana se ha vivido toda una revolución por cuenta de la expectativa creada por la visita de la hermosa Shakira, quien estará en la inauguración de la obra realizada por su Fundación Pies descalzos, para 1.570 niños y sus familias.
Las cosas en La Playa empezaron a cambiar hace poco más de un año, cuando se supo que la cantante se había acordado de esa comunidad donde prestó el servicio social cuando era bachiller. La obra dejó de ser un elefante en medio del barrio gracias a las visitas guiadas y a los jóvenes que aprendieron a hacer uso de los espacios abiertos. Sin embargo, no hay un niño en La Playa que se resigne a no pertenecer a este nuevo colegio que abre sus puertas el próximo 9 de febrero.
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“Ahora el problema es que todos los niños del barrio quieren estudiar en el ‘Colegio Shakira’ –como lo llaman popularmente, aunque se llame Pies Descalzos, como la Fundación– explica la directora de la misma, María Emma Mejía. “Desafortunadamente, no tenemos cómo recibirlos a todos, además porque la asignación de cupos la hace la Secretaría de Educación de Barranquilla, pero lo cierto es que más que un colegio es un centro comunitario”.
A diferencia de las otras iniciativas de la Fundación Pies Descalzos, que cumple 13 años pero que lleva 5 trabajando en proyectos específicos en Chocó, Atlántico y Bogotá, en este caso se construyó un gran plantel con miras a abarcar lo que Mejía define como el ‘Modelo Pies Descalzos’, que va más allá de la educación escolar. “Es un modelo con tres pilares para cambiar la ecuación de la pobreza: educación, nutrición y apoyo sicosocial. Que además puede ser replicado hoy en Bangladesh, si Shakira quiere hacer algo allá”.
Después de haber creado su Fundación, con escasos 18 años y el éxito de su álbum Pies Descalzos a cuestas, la cantante tomó la decisión de trabajar por la niñez en Colombia. Fue entonces cuando invitó a María Emma Mejía a que liderara el proyecto y se reunió con el presidente Uribe y la entonces directora de Bienestar Familiar, Beatriz Londoño.
El resultado de ese encuentro fue u n plan claro de acción para trabajar por los menores en comunidades azotadas por el conflicto, en donde la presencia del Estado fuera débil. Desde entonces se empezaron a consolidar programas y acciones en los que las instituciones públicas como Acción Social, el Sena y el Ministerio de Educación se dan la mano con ONG como la Fundación Carulla o la Fundación W.J. Clinton.
Una de las fortalezas del trabajo de la barranquillera es la claridad en el manejo de alianzas. En el caso de este nuevo colegio de La Playa, la dinámica hace pensar en una maquinaria engranada y en movimiento. Los niños en edad preescolar, un rango de edad en el que los colegios públicos no son fuertes, serán atendidos por la Fundación Carulla, que maneja el método Reggio Emilia, una metodología innovadora que fortalece la formación de los menores entre cero y cinco años.
La primaria y secundaria estarán a cargo de la Secretaría de Educación, porque como lo aclara Mejía, “creemos en la educación pública y en la institucionalidad”.
En las tardes, las madres y miembros de la familia no escolarizados tendrán, coordinados por la Fundación Clinton, por el Sena y por la sociedad portuaria, talleres enfocados a la productividad; así mismo, la Fundación Fútbol con Corazón se encargará del manejo del campo deportivo y la Escuela del Cuerpo de Álvaro Restrepo y la Fundación Batuta se ocuparán de la formación artística.
Pero no en todos los proyectos hubo una organización tan elaborada. Está en la memoria de Mejía y de Patricia Sierra, directora de programas, la batalla con las mamás de la escuela de La Victoria, en Quibdó, para que los niños asistieran al
colegio y no a trabajar o a mendigar; los viajes en chalupa con la olla de la sopa que se derrama la mitad hasta llegar al ‘colegio Shakira’, o el vaho de los pequeños salones atiborrados de niños que respiraban con dificultad por el hacinamiento.
Al final, la educación es la manera de cambiar esa ecuación perversa en la que quien nace pobre se muere de igual manera. Pero como los niños tienen familias que determinan sus destinos y están inmersos en comunidades vulnerables, entonces el apoyo psicosocial se hace otra forma de alimento.
La experiencia, la claridad que da un proyecto a largo plazo, y la consecución de recursos dio como resultado una inversión de once mil quinientos millones de pesos en infraestructura convertidos en un poco más de un año por el arquitecto Adolfo Schlegel, diseñador del edificio de posgrados de la Universidad del Norte, en 40 aulas de clase, un complejo deportivo, aulas especializadas, teatrino y espacios abiertos.
Ahora sólo falta abrir las puertas del Centro Comunitario y permitir que la voz de la artista colombiana siga entonada con la felicidad de los niños.
Especificaciones del Centro
Capacidad para 1.590 estudiantes de preescolar, primaria y bachillerato.
8.400 jóvenes y padres beneficiados a través de programas de educación no formal y generación de ingresos.
40 aulas de clase - 4 salones especiales (química, física, inglés y sistemas) - teatrino de 561m2 - biblioteca de 1.260m2) - auditorio comunitario para 1.200 personas - complejo deportivo de 4.240m2 con cancha de fútbol sintética, 2 canchas múltiples, () - áreas verdes.
Área total del terreno: 4 hectáreas
Sobre su funcionamiento: 1 rector, 3 coordinadores y 51 profesores.
Énfasis en desarrollo de talentos.
Metodología Reggio Emilia en Preescolar.
Especialidad en danzas y música.
Especialidad en servicios portuarios.
Bilingüismo
Programa deportivo “Fútbol con Corazón”.
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